Imagina la siguiente situación, tu líder inmediato te ha dado la instrucción de reducir inmediatamente el costo de tus operaciones en un 10%….

Pensando en cómo resolver y enfrentar este reto, pudiera pasar por tu mente la idea de… “Sería más fácil si convoco a una reunión y comunico este desafío para involucrar a todo mi equipo” …..

Sin embargo, ¿Sera necesario?, ¿El resultado será efectivo? o ¿Convocar a una junta es la mejor manera de abordar esta tarea?

 

De acuerdo a un estudio por Accountemp en Menlo Park California , los ejecutivos desperdician 7.8 horas por semana o 2.3 meses al año en discusiones de negocio formales de manera innecesaria …

Interesante que en el mundo empresarial se invierta tanto tiempo y talento en juntas que probablemente no sean el mejor medio o recurso para conseguir algún fin específico o bien que aporten valor.

Hoy en día, disponemos de varias formas de comunicar: fax, memorando, llamada telefónica, mensaje instantáneo, correo electrónico, plataforma de colaboración, red empresarial, tablero informativo, y obviamente una reunión formal…. 

Y entonces, antes de programar una junta, te recomendamos evaluar los siguientes puntos:

  • ¿La opinión y participación de los asistentes durante la reunión serán de valor?
  • ¿El tiempo que tomara la reunión se aprovechara al máximo?
  • ¿El impacto de las decisiones tomadas durante la junta será mayor en la reunión que lograr acuerdos individuales?
  • ¿La información que se presentara implica explicaciones adicionales para construir unidad y crear el consenso?

Si alguna respuesta de las preguntas anteriores fue negativa, busca otra manera de comunicar que no sea una reunión.

Ahora bien, si la reunión debe llevarse a cabo ya que será la mejor manera de conseguir la comunicación y colaboración que estás buscando entre los involucrados, te compartimos cuatro tips que son importantes para garantizar una reunión efectiva:

  1. Considera el objetivo principal, cuando selecciones los participantes. ¿De quién y que responsabilidades se verán afectadas por el tema de la discusión? ¿Cada una de las personas que asistirá realizara aportaciones valiosas con su participación?

 

  1. Establece una agenda. Distribúyela antes de la reunión para que los asistentes conozcan de que se tratara y se prepararen sobre los temas a discutir. Durante la reunión, enfócate en guardar cada punto de la agenda en la proporción de tiempo que le corresponde.

 

  1. Toma notas. Estas te servirán como recordatorio de las acciones a tomar y sintetiza lo que sucedió para las personas que no asistieron.

 

  1. Inicia y termina a tiempo. Esto ayudara a establecer un estándar para las futuras reuniones. Si todavía hay puntos que deben ser discutidos ofrece la posibilidad de tratarlos al final de la reunión o bien recalendariza.

 

Finalmente, no cedas ante la tentación de utilizar siempre las juntas como el único recurso para comunicar y evalúa las opciones que tienes a la mano.

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